lunes, 29 de diciembre de 2014

TE ESCRIBIRÉ EN POESÍA



Esta noche dejaré de ser un hombre, dejaré de ser ese tipo de hombre al que desde niño le impusieron que debía estudiar, trabajar, casarse, tener hijos y formar algo llamado “hogar”. Ésta noche no seré un hombre, seré un poeta, pero no uno cualquiera que cree que escribir poesía es divertido, sino uno que sabe de la pureza en la putrefacción del alma que lleva el escribir poesía. Sí, un poeta, esta noche no tengo sangre en las venas, ni hemoglobina que oxigene mis sentidos, solo tinta negra que agoniza de ansia por convertirte en poesía. Sí, tú vas a ser poesía, poesía y musa al mismo tiempo. Voy a ser capaz de decolorar tu nombre, y con el tu esencia, y voy a atribuirte la auténtica estructura que te mereces. Voy a tocar jazz con las notas que te aportarán cada diminuto detalle que te harán de mí, que te harán poema, que te harán libre. Sí, libre. Tan libre como el mismo viento que aloca tu cabello, como el soplido que roza tus mejillas, tu cuerpo, tu anhelo. Eres eso que aporta sentimientos nada neutros, eres arte. Sí, arte. Eres el verdadero significado del arte. Eres la pluma que se excita sin control entre mis dedos, índice y corazón, que te escriben letra a letra, con calma y luego con agitación. Eres la puta con olor a veneno que me anuda a seguir vivo, que me postra en un banco a vislumbrar el vacío. Eres el sabor a tinta agridulce en un simple beso, capaz de fracturar mis bosquejos. Eres el sabor amargo a café y la ceniza que me calcina la vida. Eres la grieta del mismísimo caos que me mete en la demencia y burbujea la imprudencia de la tinta de mis venas. Eres el poema de mi vida y mi vida hecha poesía. Pero yo soy poeta y no puedo ser poema, por eso te necesito. Necesito escribirte y más que eso transcribirte del mundo al papel, necesito darte forma como si tuviera un cincel. Quiero velar todo con la risa que te escriba, con cada palpitar enfurruscado que le de cuerda al reloj sin pila en el que se ha convertido mi vida. Quiero que al besarte, tus labios sepan a tinta, sepan a mí. Quiero ser egoísta, que seas solo mía. Quiero que me vuelvas loco y acredites lo alienado, lo perturbado, lo exorbitado, en todo caso lo enturbiado y empañado que me he vuelto junto a ti. Quiero ser el dueño de los bordes de tus formas. Quiero ser el puño de tu caligrafía,  tu coma, tus dos puntos, tus puntos suspensivos y tus exclamaciones. Quiero ser el dueño de tus alegorías. Quiero ser la aliteración que te suspenda los sentidos. Quiero ser la rima concordante que dé curso a tu métrica. Quiero ser tu obra, pero no puedo serlo. Solo puedo ser un poeta, pero seré un poeta si tú accedes ser mi poesía.