ERAS VENENO
Eran veneno tú y tus palabras, cada término,
verbo y recitación, cada expresión y dicción, cada letra dictada en mi
dirección, cada declamación y articulación, cada escrito en un vocablo con
entonación. Cada aliteración con voz, cada pronunciación, cada juramento en
forma de exclamación, cada conjugación que insinuaba una proposición, cada
indirecta que mostraba una invitación, cada circunstancia que insinuaba una
declaración. Eran veneno cada alegación dentro de una enunciación, eran veneno
cada una de tus abusos sin abstención. Tú eras veneno, eras veneno en todo el
sentido de la oración.