HOY HE VUELTO A
EXTRAÑARTE.
7 de mayo del 98
En el momento en que
te fuiste llevaste contigo mi gusto de observar por el portillo, pero decir que
te fuiste es fingir, porque yo me fui primero, me fui porque tú ya te estabas
yendo. Al final solo quedaron los ladrillos de la “calma” siendo destruidos por
la remodelación del departamento de encima.
15 de mayo del 98
He vuelto a escribir minuciosas palabras que difícilmente puedo encajar en este pequeño escrito,
o para dejártelo más claro he vuelto a extrañarte. Me he descubierto corriendo
las cortinas buscándote con sigilo por la estela de luz que pasa por el portillo,
con ansias de desechar la sonrisa pícara que formaban las comisuras de tus
labios cuando me veías observándote sin despabilar. He notado que cuando salgo
para no sentirme tan deprimido camino por el mismo sendero de piedras que al
cruzar por los arbustos de flores amarillas conducen a nuestro lugar secreto
(ni tan secreto, solo el jardín de un hombre pudiente) pero que por más que
quiera me niego a cruzar. He recordado la pregunta que siempre susurrabas a mí oído
“¿estás listo para hablar de la vida?”, pregunta que siempre esquivaba, nadie
está listo para hablar de la vida o al menos yo no lo estoy; cuando intento
hacerlo la vida me calla porque me siento tonto, agobiado por el deseo constante de querer decir lo que
pienso y no poder hacerlo, hay tantas influencias que limitan la libertad de hablar acerca de la vida, que
cuando lo logro pierdo la noción del
tiempo pues no entiendo nada.
20 de mayo del 98
Creo que me estoy perdiendo a mí mismo. Cuando los cigarrillos
y la marihuana se hicieron ceniza, cuando los náuseas y estremecimientos
desaparecieron, cuando las pesadillas regresaron a mi subconsciente y se esfumó
el vértigo, desperté al filo de la madrugada y lloré porque había perdido la única
persona que me decía buenos días. Hasta el momento había estado bastante
tranquilo con la idea de escribirte pero creo que la “mierda” que fumé hizo
triplicar el vacío que siento. Me temo que tengo que aceptar que hoy te he
vuelto a extrañar.
2 de Junio del 98
Doce días han pasado desde
la última vez que escribí. Sé que sabes las muchas veces que te fui infiel, sé cómo
las pasaste por alto, sé que al fin y al cabo no te importaba siempre y cuando
te prestara la suficiente atención. Tu que me decías las porquerías más
hermosas cuando nos amábamos en los salones de clase, baños públicos, parques,
cine, estacionamientos y hasta a veces en mi cama; ¿por qué comenzaste a actuar
como si fueras alérgica al sexo? (No
hago otra cosa más que extrañarte).
(Continúa)